Artista Visual

Yolanda Luna

El COLOR, la MANCHA y el GESTO

La pintura para Yolanda Luna es un eje que da sentido a su equilibrio emocional. Es evasión y sustento visceral en su particular mundo creativo. El acto de pintar le provoca una energía vital que nutre su mirada artística. A través de la pintura, Luna se vuelca en el lienzo en blanco como un deseo de encuentro personal y de explorar nuevas sensaciones.

Yolanda Luna comenzó como pintora tradicional copiando y dibujando a la realidad y esforzándose por parecerse a los grandes maestros principalmente impresionistas, hasta que sintió un vacío en la interpretación y en el proceso de “copia”, necesitaba un cambio hacia algo que le hiciera sentirse más libre y creativa, que supusiera reinterpretar su mundo.

Se fijó en las pinturas de los grandes artistas, en pequeños fragmentos de las obras, se adentró en elementos de detalle, en manchas, en líneas, en la pureza del color y eso le hizo lanzarse a romper todos sus esquemas y adentrarse en la abstracción.

Es difícil definir la obra de Yolanda Luna, podríamos decir que es una abstracción lírica expresionista.

La abstracción le da la posibilidad de reinterpretar la realidad como un estado emocional. El color, la mancha y los fluidos del lienzo la llevan a descubrir lúdicamente texturas y fragmentos visuales que la sorprenden y le dan una nueva visión de las cosas.

Siempre está observando la luz y también las sombras (como Junichiro Tanizaki) y la tonalidad que le lleva al color como motivo. Antes de empezar una obra ya tiene en mente un color principal y otro secundario, luego empezado el proceso la cosa puede cambiar. Trabaja en paralelo, dos o tres obras a la vez para ir avanzando mientras los procesos de secado se van dando.